de Pablo Figueroa Cordero
Ya nadie juega
por la mera forma de jugar
sino por ser quien gana
o en todo caso no pierde.
Nadie escribe poesía
(lo que se dice poesía)
sino para vivir sobre sí
o morir siendo otro.
Lo mismo que a una boca
no debe negársele porción de comida,
a cada poeta debe otorgársele
un siempre primer lugar.